La historia del tango está íntimamente ligada a la historia de la migración europea y al hacinamiento (en los conventillos, la superficie promedio de que disponía cada persona era de 1,6 metros). En la historiografía del tango (que podríamos también llamar la mitología del tango, por cuanto lo que se llama historia del tango a menudo consiste en una serie de tópicos refundidos cuya correspondencia con la realidad está por examinar) siempre se dice que el tango nació en las calles, bailado entre hombres, o que antes de eso empezó en los tangos (reuniones de negros), y que después pasó a los conventillos. Los conventillos eran un tipo de edificación para pobres migrantes, unas galerías con un patio interior enderredor al cual se disponían habitaciones. En Madrid existen edificaciones parecidas, propias de los siglos XVI, XVII, y XVIII, las corralas.
Conventillos había en toda la Capital. Pero en la Boca, Barracas, San Telmo y Retiro los había al por mayor. Otro sector clave tenía como eje a la avenida Corrientes desde Cerrito hasta Callao.
Hasta mediados de 1880 no hubo agua potable en la ciudad. Los conventillos eran abastecidos por carros de aguateros, situación que se volvía intolerable en los meses de verano. No había cloacas. Tanto el retrete como el lavabo eran comunes. Había, en los barrios de Once y La Boca, un servicio cada diez cuartos aproximadamente, según las estadísticas de 1919. Esta situación provocaba epidemias como el cólera, la fiebre amarilla, el paludismo, los parásitos y las infecciones. En algunos casos había cocinas comunes, pero lo más frecuente era que se cocinara en los cuartos. También se destinaban a la cocina los rincones del patio.
El alto precio de los alquileres (cuyo precio superaba el precio de los apartamentos en el París en la época) fue convirtiendo a los conventillos porteños en focos de conflicto. Los cobradores debían pasar a cobrar custodiados por la Policía. El inquilino moroso era desalojado por la fuerza pública. 1907 fue un año de aumentos masivos.
Los muebles se subían al carro municipal para trasportarlos a un depósito. En el camino se manifestaba la solidaridad de clase; y los desalojos solían terminar en batallas campales contra la policía.
Todo ello derivó en «La rebelión de las escobas». El resultado de la cual fue la represión y los desalojos.
Fue una gran lucha protagonizada en las principales ciudades del país por la clase trabajadora, iniciada el 13 de Septiembre de 1907 en las 132 piezas del conventillo de la calle Ituzaingó 279 en el barrio de Barracas.
La Huelga de Inquilinos abarcó a más de cien mil personas atrincheradas en piezas y patios.
Los trabajadores inmigrantes que vivían en los conventillos traían en su equipaje la vivencia de lucha de los trabajadores europeos. Anarquistas, Socialistas, luchadores sindicales. Propusieron entonces luchar por rebajas. Los libertarios en particular supieron hilvanar los reclamos aislados y organizarlos en un solo haz. Impulsaron la designación de delegados por conventillo y crearon una dirección centralizada. Fue el comité central de la Liga de Lucha Contra los Altos Alquileres e Impuestos el que lanzó la huelga general aquel viernes 13 de septiembre de 1907.
«Nuestra divisa contra la avaricia de los propietarios debe ser: no pagar el alquiler»
Sobre las mujeres recayó una responsabilidad extra, ya que estaban todo el día en las casas al cuidado de sus proles: enfrentar las amenazas del desalojo que comenzaron a aparecer. Así pues, se llamó Rebelión de las Escobas porque las mujeres presentaron una resistencia activa y constante, de gran visibilidad. El diario La Prensa contará que el 21 de octubre la Policía intentó desalojos en un conventillo de la calle Perú, «pero las mujeres ya estaban preparadas e iniciaron un verdadero bombardeo con toda clase de proyectiles, mientras arrojaban agua que bañaba a los agentes».
La rebelión de las escobas fue finalmente reprimida por las fuerzas de Seguridad del Estado, especialmente tras la caída del conventillo de Ituzaingó 279 en Barracas, lugar donde había empezado la revuelta.
Aunque por el hacinamiento no se alejaban mucho de los actuales «pisos patera» (así llaman en España a los apartamentos compartidos por muchas personas bajo una renta abusiva), tenían un aspecto del que carecen éstos: disponían de un patio común donde se desarrollaba una vida social propia. Este aspecto comunitario, dice la mitología del tango, ayudó a que el tango se desarrollara y empezara a ser bailado fuera del ambiente del cabaret y de la vida nocturna de los hombres con mujeres que cobraban sus servicios sexuales. Pero claro, esta mitología es superficial y hace sucederse simbólicamente hechos que seguramente tuvieron lugar de forma simultánea.
Antes disponíamos de un interesante video con fotografías de «La revolución de las escobas» en Megavideo, perteneciente a la serie «Historia de la Argentina». Desgraciadamente, el FBI considera que debe especularse con él.
http://es.wikipedia.org/wiki/Huelga_de_inquilinos_de_1907
«La milonga del desalojo», una interesante milonga que habla sobre el desalojo de un okupa tanguero…En versión de Edmundo Rivero con guitarras (no es mi favorita, pero…)
Un video sobre la invisibilidad de las migrantes chicanas en el sector servicios en USA: